sábado, 19 de mayo de 2012

¡¡CUANDO LA TRISTEZA GANA!!

Una noche mientras miraba la luna brillante, grande y más resplandeciente que nunca, trataba de organizar sus pensamientos, los recuerdos iban y venían, las lagrimas caían por su rostro, tenía miedo de perder lo único que le quedaba, sus memorias, sus momentos vividos, los buenos, los malos, de los que aprendió y de los que no, le dolía incluso el recuerdo de lo que nunca había pasado.

Miraba a través de la ventana, esperando seguramente que, su amor atravesará nuevamente la puerta, y corriera a abrazarla tan fuerte que la dejará sin alientos, el beso apasionado con el que siempre la saludaba, que a pesar de los años aún la hacían sentir esa pasión y amor que la primera vez. Pero sabía que eso no pasaría más nunca, porque la vida, que un día le permitió conocer la felicidad,  también le haría vivir de la manera más cruel la tristeza de perder a su gran amor, ese amor que tanto tiempo demoró en encontrar. 

Cada rincón, cada paso que daba, cada día que pasaba lo recordaba, unos con más frecuencia que otros, pero siempre estaba en sus pensamientos, pero esa noche en particular, sintió que no podía cargar más con el peso de la soledad, que se había convertido irónicamente en su compañía en las noches frías, así que tomó una camisa de él y se la puso, la foto del día más feliz de su vida, su matrimonio, se acostó en la cama y en la mesa de noche dejó una nota, se tomó unos sedantes de más, un trago y durmió para siempre.

La nota decía: "Perdóname por haberte fallado, sé que te prometí que seguiría adelante con mi vida, pero mi vida eras tú, y no podía continuar sin ti...por siempre tuya"